¿Hay algo mejor que combatir el frío con una ración de castañas? Las castañas son un fruto seco con el gran beneficio de que no es rico en grasas y entre cuyos nutrientes predominan los hidratos de carbono, con un mínimo de azúcares naturales y aminoácidos esenciales. En comparación con otros frutos secos, las castañas nos aportan muchas menos calorías (menos de 200 Kcal por cada 100 gramos). Además son ricas en fibra así como en potasio, magnesio, fósforo y calcio de origen vegetal.

Si quieres huir de atracones ¡prueba las castañas! Son un alimento muy saciante que te puede ayudar en tu dieta de adelgazamiento al no aportar muchas calorías.

¿Vitaminas? ¡Por supuesto! Las castañas aportan elevadas cantidades de vitaminas B1, B3, B6 y ácido fólico. Durante el otoño e invierno las podrás encontrar asadas en muchos puestos en las calles de tu ciudad pero también se pueden encontrar frescas, peladas, en botes, envasadas y congeladas. Si quieres pelar las castañas deberás sumergirlas en agua a punto de ebullición durante 10 -15 minutos para después poder retirar su cáscara con mayor facilidad. Recuerda que si vas a asarlas en el horno deberás hacerles un corte para que no exploten. A una temperatura de 200º deberás asarlas en la parte media del horno durante unos 20 minutos aproximadamente.

Una curiosidad… En la Edad Media fue un alimento muy importante para las clases más humildes, que incluso lo utilizaban en forma de harina para hacer pan cuando no disponían de trigo.

Aprovecha y disfruta de unas deliciosas castañas para combatir el frío este invierno.