Seamos sinceros: no. Pero puedes disfrutar de este dulce con una receta más sana que la tradicional y combinando su disfrute con una sesión de entrenamiento adecuada.

Lo importante a la hora de seleccionar los ingredientes es que sean de calidad: tenemos que usar un buen aceite de oliva Virgen Extra (que nos aportará grasas «buenas») y un buen pan, que seguramente encontrarás en una panadería tradicional.

Ingredientes:

Modo de preparación: Lo primero de debemos hacer es cortar las rodajas de pan, lo ideal es que no sean demasiado grandes para conseguir un mejor sabor y reducir de paso la ingesta de calorías. Ya se dice que lo bueno, si breve… Después de dejar la leche con una rama de canela y cáscara de limón / naranja durante varias horas, vamos pasando por ella las rodajas de pan. No hace falta untarlas en exceso, es importante que el pan no llegue a deshacerse al escurrirlas. Acto seguido las pasaremos por el huevo.

Un momento muy importante es este. Cuando vayamos a freír las torrijas tenemos que controlar la temperatura del aceite, éste tiene que estar muy caliente, a fuego fuerte pero sin que esté humeante. En este estado, al echar la torrija en los primeros segundos el huevo creará en torno a ella una «capa protectora» que evitará que absorba aceite en exceso.

Tras sacarlas de la sartén podemos echarle algún tipo de edulcorate (como stevia por ejemplo) y si lo deseamos algo más de canela en polvo y un chorro de la leche en la que las hemos sumergido.

Y después… no te olvides de disfrutar de nuestra rutina para quemar las torrijas. ¡Qué aproveche!

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