A continuación te sugerimos pequeños cambios para hacer más sanas tus comidas sin que suponga un esfuerzo demasiado grande. Sobre todo has de cuidar las guarniciones y acompañamientos de tus platos, sustituyendo algunos alimentos por otros con un mejor valor nutricional.
- Sustituye el pan blanco de molde por pan de centeno, que contiene mucha más fibra y nutrientes.
- Cambia el arroz blanco por arroz integral, mucho más sano por su valor nutricional, es el mismo arroz que el blanco antes de someterse a un proceso de refinado durante el cual pierde parte de sus propiedades y nutrientes. Lo mismo ocurre con la pasta, elige las opciones integrales por delante de la pasta tradicional.
- Ten cuidado con las salsas que añades a las comidas, por ejemplo la mayonesa es una opción muy calórica y poco saludable, así que limita su uso o sustitúyelo en la medida de lo posible por otros alimentos como yogur griego sin azúcar, queso cottage bajo en grasa o aguacate triturado.
- Sustituye los zumos de frutas envasados por zumos naturales o agua de sabores. Los zumos envasados muchas veces contienen tanto azúcar como los refrescos, será mucho más sano que elabores tus propios zumos o que optes por elaborar agua con sabores, añadir limón es una de las formas más comunes, aunque se pueden utilizar otras muchas frutas para elaborar agua de sabores como naranja, lima, mandarina, pomelo, moras, arándanos, ciruelas… o vegetales como el pepino.
- Emplea en la medida de lo posible tomate natural triturado, mejor que tomate frito, como salsa.
- Cambia los habituales cereales de desayuno por avena, ya que estos cereales suelen contener grandes cantidades de azúcar, incluso los de dieta, mientras que la avena es más rica nutricionalmente hablando y es una opción más sana.
Estos pequeños cambios te ayudarán a mejorar tu alimentación y por lo tanto tu salud, tu organismo lo agradecerá.